
Tal vez algo tan simple como esto nos pueda hacer reflexionar acerca de las situaciones tan tontas en las que acabamos al ser intolerantes. ¿Por qué correr a una pareja de dos hombres de un restaurante? ¿Por qué mirar mal a dos mujeres que se besan en la calle? ¿Por qué un hombre y una mujer esta bien? Me parece que en una época como la nuestra ya no hay excusa inteligente alguna para la falta de tolerancia, y ni siquiera sólo tolerancia, de respeto.
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